jueves, 14 de octubre de 2010

YA SE VEN LOS EFECTOS DEL DR-CAFTA

El optimismo da vida. Morir en medio de un proyecto noble, lleno de esperanzas, no es algo deseado por su emprendedor. Pero uno se pregunta angustiado: ¿qué vale más, morir así o vivir con las esperanzas muertas?. Escribir sobre los acontecimientos nacionales, me ocasiona mucha angustia y me hace sentir impotencia. Tenemos tantos intelectuales valiosos, talentosos; tantos profesionales destacadísimos en todas las ramas del saber; un pueblo probadamente trabajador y una tierra fértil, rica, hermosa, envidiable y geográficamente un país bien ubicado. Estamos en la ruta de los huracanes, pero no tenemos volcanes, ni fieras ni serpientes peligrosas, en fin, todo lo indispensable para ser una sociedad feliz, organizada y desarrollada. Por eso, apena profundamente, que sean, precisamente los sabios, los que dañan a la sociedad y al país.

Tras la muerte de Trujillo, en 1961, quedamos siendo quizás el país más rico del continente, pues para entonces se confiscaron todas las empresas del patrimonio personal del dictador: doce ingenios azucareros con importantes activos en tierra y ganadería, así como una gran cantidad de fábricas capaces de mantener la sustitución de importaciones en los renglones de papel, sacos y tejidos, cartón y envases, productos de vidrio, aceites comestibles, clavos y alambres, baterías, procesamiento de sal, yeso, madera y mármol; además de otras empresas de servicios como seguro, bancos Agrícola y de Reservas, electricidad y una línea aérea. Todos sabemos el triste destino de todas esas empresas. Hoy, dependemos primordialmente del turismo y las remesas, ambas fuentes de gran fragilidad, pues están sujetas a los altibajos de otras economías.

Los años inmediatos a la muerte de Trujillo, más los 27 gobernados entre el reformismo balaguerista y el perredeísmo a partir de 1966, bastaron para arrasar con todo ese patrimonio. El caso es que hemos perdido la oportunidad; no se aprovechó aquella circunstancia originada  hace 50 años y ya, en 1996, 35 años después, se consumaba por completo el saqueo, se graduaba la oligarquía y se afianzaba el neoliberalismo. Todos esos años fueron angustiosos para los que sentíamos dolor por nuestro patrimonio. Nos queda el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), que no es ni sombra de lo que fuera; nos quedan los bancos Agrícola y de Reservas, que han sobrevivido milagrosamente, pero que, igual que el CEA, son entidades a disposición del tráfico de influencias. El neoliberalismo impone una modalidad de corrupción mediante las privatizaciones que, en la mayoría de los casos, se entregan las riquezas por precios viles, al tiempo que fomenta la corrupción administrativa en el Estado. El CEA vende sus mejores tierras para propósitos no vitales e improductivos; un par de ingenios produciendo a reducida capacidad en sociedad con el sector privado y ya no existe la ganadería que de ese ex emporio dependía.

En diciembre de 1994, Balaguer incorporó nuestro país al Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA), vendida a toda la región como la panacea que por fin aparecía para redimir a los países que, al unirse como extensión del original Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, Canadá y México, nos daría la oportunidad de competir sobre una base equitativa, generando empleos y maximizando la productividad, lo cual a simple vista nos decía que eso sencillamente sería imposible, dado el proteccionismo practicado por Estados Unidos y Canada. El ALCA fracasó en Argentina, en el año 2005; pero ya el gobierno de Hipólito Mejía había comprometido al país en el DR-CAFTA con Estados Unidos, sin Canada y México. ¿Cuál es la diferencia?. Ninguna. El ALCA fracasó, pero para E.U. triunfó el DR-CAFTA y, hoy por hoy, la supuesta equidad y leal competitividad son exactamente lo mismo que hubiesen sido bajo el ALCA: empresas rezagadas, balanza comercial deficitaria y una dependencia insalvable mientras dure el acuerdo.

Hoy se presenta la crisis económica más severa jamás vista. Los países de nuestra región, con excepciones precisamente en Centro América y El Caribe, han estado sorteando el vendabal con menos traumas que los países europeos, Estados Unidos, Canadá y México. Otra música estaríamos escuchando si nos hubiésemos quedado fuera del DR-CAFTA. Al márgen de los desatinos gubernamentales que hemos padecido durante medio siglo, nuestra situación económica de hoy tiene, en gran medida, su explicación en el ingreso a ese acuerdo. Los países centroamericanos están mejor con respecto a la balanza comercial con nuestro país, pero no puede decirse que estén en buen posicionamiento con respecto a Estados Unidos, debido a la elemental asimetría que imposibilita competir. Y de competir es que se trata en el capitalismo.

En mi artítulo del 9 de junio del 2009, titulado TLC-PERU, DR-CAFTA, LA AMAZONIA Y LOS HAITISES, afirmo: "...los TLC con Estados Unidos son más sagrados que las Constituciones; los he calificado de "trampa peligrosa". También aseguro que los gobernantes están concientes de esa realidad; saben que no pueden hacer propuestas que contradigan la esencia de los propósitos y tienen que firmar complacientemente. Una vez entrampado, un país no tiene escapatoria. Una violación a esos acuerdos, no pueden hacerse de manera inconciente ni pueden ignorarse las consecuencias. El error más grave que se puede cometer, es precisamente adherirse sin contar con una estructura industrial o agroindustrial, o en medio de un proceso inconcluso de adecuación. Eso ocurrió en nuestro país. Se destruyó la herencia de Trujillo y, lejos de avanzar, la cacareada globalización desde la óptica capitalista, nos sorprendió más sumidos en el subdesarrollo, con el sistema eléctico de la nación con los mismos problemas de hace cincuenta años (las industrias tienen que producir su propia electricidad) y el cáncer de la corrupción en plena catarsis.
                                        
La trampa para Centro América y El Caribe, nos reserva dias aciagos. Es una sub región muy vulnerable, tanto a la política imperial, como a los fenómenos naturales. Ambas cosas la hacen más dependiente, pues no se atreven a dar un paso hacia otras instancias regionales como el ALBA o UNASUR, excepto el caso de algunas pequeñas y valientes islas del arco antillano y Nicaragua, país que se mantiene en un entorno lleno de pánico, cuyos gobiernos retroceden desde posturas más o menos progresistas, amedrentados por la experiencia de Honduras y por la reciente y virtual ocupación del territorio de Costa Rica. Y si miramos para El Caribe, Haití es una bomba de tiempo desde hace mucho, pero que se ha agravado con el terrible terremoto. ¿Qué pasará con República Dominicana?. Nos hayamos en una especie de camisa de fuerza con cierta insignificante flexibilidad: estamos en el programa de Petro Caribe, somos socios de Venezuela en el negocio de la refinería, nuestro presidente puede viajar a Cuba y entrevistarse con Fidel, dar conferencias en la Universidad de La Habana y usar un lenguaje progresista; pero tal panorama puede cambiar drásticamente, si trasciende el límite y se dan pasos hacia la integración al ALBA.

El proyecto imperial en su versión latinoamericana está en marcha. El primer paso se dió en el área económica con el primer TLC que incluyo a México, cuyas consecuencias ya estamos viendo y que pasó a una segunda fase al involucrar al narcotráfico y al militarismo. Siguen dando pasos con los planes Colombia y Mérida, el golpe en Honduras y la militarización de Costa Rica y Haití. El proyecto de dominación inicia en México y termina en la Tierra de Fuego, pero ante el escollo que representa el ALBA y, en particular, el Brasil emergente y la Venezuela , si logran sus objetivos venciendo éstos dos países, no sería dificil llegar a Tierra de Fuego. Y Centro América y El Caribe le resultarían magníficas plataformas.

NOTA: Al termiar el presente artículo, me entero del conflicto entre Costa Rica y República Dominicana, por supuesta violación del DR-CAFTA, por la parte dominicana, lo cual sería un grave problema para nuestro país. Cuando disponga de más información, escribirá al respecto.