sábado, 20 de septiembre de 2008

NEOLIBERALISMO Y LA LUCHA DECISIVA (1)

  1. VINCULACION DEL NEOLIBERALISMO CON LAS DOCTRINAS DEL PASADO


Las doctrinas políticas tienen su origen en situaciones especiales y de una importancia capital, siempre en función de intereses comunes de uno o varios sectores. Pero las doctrinas pueden luego ir adaptándose a nuevas situaciones que se producen como consecuencia de la misma dinámica política. Así, por ejemplo, Estados Unidos ha ido evolucionando de las doctrinas originarias hasta a la aplicación de un modelo económico neoliberal que hoy conocemos, manteniendo esa esencia patentizada por los creadores de dichas doctrinas. Puede decirse que el neoliberalismo es un modelo económico que llega como el objetivo añorado por los ultraconservadores del pasado, después de transitar modelos menos ambiciosos, aplicados todos en el marco de las doctrinas políticas. Como la economía es consustancial a la política, no se concibe un régimen económico que no sea cónsono con el régimen político prevaleciente.


Su autor, el entonces presidente James Monroe, la enunció en su séptimo discurso del Estado de la Unión, acogida inicialmente con excepticismo. Se apeló a ella ante el peligro que representaba el regreso de las monarquías europeas a señorear en el continente americano. El futuro presidente John Quincy Adams se empleó a fondo para redactar y explicar la doctrina; tras evidenciarse lo real del peligro, entonces quedó atrás el excepticismo: La Santa Alianza y las monarquías europeas, consideraban la idea de recuperar lo perdido en América. Ante tal situación, el lema que prevaleció, dio origen a la famosa proclama: América para los americanos.


La Doctrina Monroe marcó un cambio tan importante, que se considera el hecho que definió la política exterior de Estados Unidos. Fue suceptible de diferentes interpretaciones, sirviendo como referente para futuras doctrinas. Se interpretó también como una proclama contra el colonialismo, lo cual, con el paso del tiempo, termina siendo práctica cotidiana de Estados Unidos. Efectivamente, el gobierno de Estado Unidos, presidido esta vez por Theodore Roosvelt, afirma su Destino Manifiesto, quien, en su Corolario Roosvelt de 1904, cargado de la más descarada prepotencia, reza textualmente:"Si un país americano situado bajo la influencia de los EE.UU. amenaza o pone en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EE.UU. está obligado a intervenir en los asuntos internos del país desquiciado para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de nuestros ciudadanos y sus empresas".


Si la Doctrina Monroe se originó por la situación de peligro que representaba Europa para América, la Doctrina Truman es una interpretación de aquella, con el propósito de ensancharla y no limitarla a América. En 1823, el comunismo no era amenaza para Estados Unidos, por lo cual no era motivación para inspirar la Doctrina Monroe; pero si lo era en 1947, cuando ya existía la URSS, con intensiones de expandirse. Por eso, en ese momento Turquía y Grecia libraban guerras contra guerrillas comunistas. Ambos países no estaban en el "área de influencia de Estados Unidos", como tampoco habían ni ciudadanos ni empresas estadounidenses en peligro. Pero aquel Destino Manifiesto; aquel Corolario Roosvelt, no podían quedarse como simple reinterpretación de la Doctrina Monroe, sino que había que enriquecerlos.

Inglaterra advirtió a Estados Unidos no prestar ayuda a los que combatían internamente contra los gobiernos de Grecia y Turquía. Grecia libraba una guerra civil a gran escala (1946-1949).El peligro comunista inspira la respuesta de Estados Unidos, sintetizada en la Doctrina Truman. Esta doctrina fue proclamada única y exclusivamente para combatir al comunismo; "para proporcionar asistencia económica y militar a los ciudadanos de países que resisten al comunismo". A Harry S. Truman, político mediocre, equiparable con George W. Bush, no se le podía ocurrir otra cosa; no se podía esperar de él algún documento de calidad literaria ni un discurso que resultara una pieza oratoria de calidad. Aún así, su propuesta pasó la prueba. Prestando oídos sordos a la notificación que le hiciera Inglaterra, en plena ejecución del Plan Marshall, el congreso aprobó ayuda económica y militar a Grecia y a Turquía por unos 400 millones de dólares de la época. Lo notorio de esta doctrina es simplemente que se amplía la Doctrina Monroe, reinterpretándola para ajustarla otro peligro, esta vez a la expansión de la Unión Soviética.
  • DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL.

Vimos cómo se hicieron varias reinterpretaciones de la original Doctrina Monroe para aplicarla a coyunturas específicas y, además, cómo al aparecer el comunismo como amenaza a los intereses de Estados Unidos se reinterpreta dicha doctrina con la Doctrina Truman. Ahora aparece una nueva versión de la Doctrina Truman aplicada a América Latina, inspirada en la lucha anticomunista: la Doctrina de la Seguridad Nacional . Un acontecimiento sin precedentes había ocurrido en América Latina, específicamente en El Caribe, que cambiaría el curso de la historia en toda la región. Un país pequeño, agobiado por una dictadura de políticos mafiosos, se levanta y lleva a cabo una revolución sui generi: La Revolución Cubana.

Como en Turquía y en Grecia los guerrilleros comunistas no vencieron, la Doctrina Truman prevaleció, pero centrada en una lucha para evitar la influencia soviética en cualquier región de occidente. Con el triunfo de los guerrilleros cubanos, nace la idea, plasmada en esta nueva doctrina, considerando a los Pueblos de cada nación potenciales peligros para la seguridad de sus propios países. En tal virtud, se entendió que había que actuar en el propio terreno, para lo cual era necesario prohijar gobiernos dictatoriales en toda América Latina que se encargaran de llevar a cabo el trabajo sucio de eliminar focos de subversión. Las décadas de los años 60, 70 y 80, es decir, las tres últimas de la Guerra Fría, transcurrieron con la aplicación de esta doctrina, principalmente en Paraguay, Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Guatemala y Haití. Los demás países en los cuales no habían dictaduras de larga duración, pero que sus gobiernos eran de derecha, colaboraban con la doctrina siguiendo instrucciones de la CIA y el Departamento de Estado; sus militares eran confiables, toda vez que se prepararon en la Escuela de las Américas, fundada exclusivamente para la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional. Eran tan represivos como los de Argentina, Chile o Bolivia.

Esta doctrina fue la base ideológica la lucha contra el comunismo. La práctica constituyó un cúmulo de crímenes de lesa humanidad que hoy están pagando con cárcel varios de sus cabezas visibles en Argentina y en Chile. La Doctrina de Seguridad Nacional le otorgaba a las fuerzas armadas de los países latinoamericanos un rol principal en la lucha contra el comunismo, y en los hechos esto significó el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a las dictaduras militares que se expandieron por el continente. Hoy día, ésta doctrina aún se aplica en Colombia, único país del continente en el que existe una guerrilla izquierdista, aunque se suceden gobiernos dentro del marco de la democracia tradicional.

En la segunda parte, analizaré cómo estas doctrinas han servido de base ideológica que preparaba el camino hacia la expansión del imperio; cómo se sucedían los modelos económicos a partir de la aplicación de las doctrinas, hasta llegar al modelo neoliberal que hoy está vigente en América Latina, pero con las honrosas excepciones. En nuestro país aún no se vislumbra excepción alguna.