sábado, 30 de agosto de 2008

ALIENACION COLECTIVA, DESTRUCCION Y TERROR

En uno de mis escritos (VERDAD Y CONCIENCIA), opino que hay una conciencia que duerme, una despierta positivamente activa y otra despierta negativamente activa. El objetivo de quienes nos dominan, que tienen una conciencia despierta negativamente activa, tienen como propósito dejar dormidas las conciencias que duermen y alienar a las despiertas positivamente activas. Este último grupo carga más pesado, porque se debate en la disyuntiva de si se deja alienar o da la batalla.

Alienar significa enajenar las mentes, de suerte que transformen la conciencia; obstruyan el raciocinio, con lo cual se logran la desesperanza, la desmoralización y la pérdida de auto estima, de fe y confianza. Esto deja otros resultados colaterales que son en última instancia lo que se persigue: sumisión, explotación, conformismo; en fin, dominación.

El grupo de individuos con conciencias despiertas positivamente activas, es el blanco por excelencia, pues saben los de conciencia despierta negativamente activa que, una vez alienadas sus mentes, no habrá marcha atrás; una vez caídos en la tentación, hay un compromiso tácito al cual es difícil renunciar: han vendido sus conciencias. En cambio, las conciencias que no se venden, es porque han echado raíces la dignidad, la vergüenza, la determinación, la perseverancia, la fe, el amor, la honradez, el coraje, la valentía, la gallardía...Noten cuántas cualidades se oponen a la indignidad, a la desvergüenza, a la deshonra, a la vileza, a la traición...

Ese grupo dentro de las conciencias despiertas positivamente activas que mantienen la firmeza en sus convicciones; mientras más firmeza demuestran, más agredidos serán; no habrá tranquilidad para sus agresores, hasta que desaparezcan físicamente. Pero, a pesar de los aparentes éxitos obtenidos en la labor de aniquilamiento de las mentes impermeables, cuan fuente inagotable, surgen más y más mentes, lo cual en sí constituye un motivo de desesperación en los dominantes; un peligro en sus ofensivas, cada vez más sangrientas, más inhumanas y más apocalípticas.

Para los dominantes, la alienación debe ser colectiva, libre de escollos importantes. En América Latina se logró un nivel de alienación que apuntaba a afianzar la dominación plena por los siglos de los siglos; líderes de valía inconmensurable cayeron en la lucha, mientras otros claudicaron. En las regiones de Europa Oriental, se aprovechó el desplome de la URSS para emprender labores de alienación y transculturación; se llevaron a cabo acciones descomunales, como la guerra en Los Balcanes; ex líderes socialistas vendieron sus conciencias, mientras los vicios, el narcotráfico y las transnacionales sentaron sus reales; mas hoy, hay un ave fénix en América Latina y otra en Europa Oriental. El proyecto de Bolívar, interrumpido hace 200 años, resurge, con muchas dificultades, pero resurge, gracias a conciencias despiertas positivamente activas; si bien la URSS no resurge, por lo menos resurge la resistencia y el rechazo a las pretensiones de dominación de E.U. y Europa sobre Rusia, Bielorusia, Serbia, Osetia del Sur, entre otros.

Ante los hechos del presente, no basta una alienación apuntando hacia la ignorancia, las costumbres, la cultura, Etc.; no basta el uso masivo, insistente y constante de los agentes mediáticos y las demás súper estructuras. Es imprescindible, según los dominantes, amedrentar, agredir, destruir, desplazar, dividir países y matar indiscriminadamente; es necesario, en fin, aterrorizar, pero cuidándose de diferenciar el término y las acciones terroristas, en función de quién o quiénes los ejerzan. El ingrediente "MIEDO" es un aspecto renovado, actualizado y diferenciado del miedo que se infundía mediante la retórica anti comunista del pasado, aunque siempre estuvo presente el terror a cargo de las dictaduras.

Hay que alienar y aterrorizar, esta combinación, piensan, puede llevar al hastío, al "ablandamiento" y al "convencimiento de que contra el poder no se puede luchar". Esta apreciación ha rodado por los suelos en varios lugares: Vietnam, Laos, Camboya, Cuba en Girón, Irak y Afganistán, aunque se pretenda oponer a estos ejemplos a los casos de Santo Domingo (1916 y 1965) o el "paseo" de Reagan sobre Grenada, la división de Corea o las incalificables acciones sobre Hiroshima y Nagasaki.

En el párrafo anterior me refiero al poder militar; pero el poder económico no es excepción. Escuché a los candidatos demócratas echar en cara a Bush haber endeudado al país hasta los tuétanos con China, Mao tenía razón: "Es un gigante con pies de barro y un elefante de papel".

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