sábado, 5 de abril de 2008

Una inquietud: ¿Habrá paz después de la paz?

 

     ¿Se alcanza la paz porque termine la guerra?. ¿Puede hablarse de vencidos y vencedores?. Bueno, depende de cuáles guerras estemos hablando. Una cosa es la victoria militar y otra, muy distinta, la victoria moral. Se puede vencer militarmente y perder en otros aspectos, por ejemplo, en el aspecto cultural, de medio ambiente, riquezas naturales, entre otros.

     Las guerras en Irak y Afganistán son ejemplos de las que pueden ganarse militarmente, pero que, sea cual fuere el ganador, habrá perdido en los demás aspectos. Pero hay claros perdedores, desde ya, sin haberse definido aún el aspecto militar: LOS PUEBLOS de ambos países. Las cifras de muertos civiles supera con creces a la de militares invasores y de combatientes de la resistencia, los daños a la naturaleza, a los yacimientos petrolíferos; las enfermedades producto del hambre, la desnutrición y la nocividad del uranio empobrecido y el fósforo blanco, irónicamente armas químicas, utilizadas por la coalición comandada por Estados Unidos; la transculturación de un segmento de la población, la destrucción de bibliotecas, santuarios, museos arqueológicos de la milenaria civilización babilónica, entre otros daños no menos importantes, inequívocamente que es perder aunque se derrote militarmente a los invasores.

     Entonces, ¿de quépaz se puede hablar después de la guerra?, simplemente se detendrán las acciones bélicas y, tal vez, se vayan todas las tropas, pero dejando un cordón de bases militares siempre amenazantes. En un ambiente de frustraciones, regresarán los millones de desplazados buscando sus casas y familiares, de los que se separaron forzosamente. Hallarán en ruinas sus casas y muchos no podrán reencontrarse con los suyos, ni siquiera sabrán de las sepulturas. ¿Quién reconstruirá?, nadie podrá reponer lo perdido ante semejante holocausto.

     Las personas con problemas psicológicos y los miles de niños "sobrevivientes", mutilados y huérfanos; el odio entre las étnias y las luchas intestinas, todo esto y muchos más problemas humanitarios, serán la gran derrota aunque expulsen al invasor. Todo esto ocurre en nombre de la Democracia, aquella que no puede cuestionarse aunque en su nombre se repita un holocausto, pero el holocausto que no apena, que es permitido, que es cometido contra una raza que sí es verdaderamente inferior. Son terroristas diabólicos y sin alma, muy diferentes a aquellos que el Reino Unido llamó así, cuando los judíos luchaban por la creación de su Estado. Aquellos hacían estallar bombas en tumultos, pero eso Inglaterra lo olvidó. Benahem Begin  y Ben Gurión

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ayer eran terroristas y hoy, se limitan a describirlos como líderes de un movimiento paramilitar sionista .

     Después de la guerra, la palabra paz se pronunciará con amargura. Es mejor buscar una palabra emergente, más adecuada. Ayúdenme a buscarla.